

El objetivo principal de un job shadowing es establecer una comparativa entre dos contextos educativos diferentes que conduzcan a la implementación de nuevas ideas, metodologías, recursos…extraídos de la actividad.
Teniendo en cuenta la anterior
premisa, podemos considerar la actividad llevada a cabo como altamente
productiva. Muchas veces los profesores sentimos incertidumbres e inseguridades
en el quehacer diario debido a múltiples factores: falta de formación ante
nuevas realidades educativas, metodologías poco atractivas, uso poco adecuado
de las TICs en el aula, falta de proyectos conjuntos del profesorado o la simple rutina. En nuestro caso el factor más determinante es
la singularidad de nuestro centro, el cual dificulta el intercambio de experiencias
con contextos similares originando cierta sensación de aislamiento.
Obviamente la experiencia llevada
a cabo hubiera sido muy distinta si en lugar de haber estado inmersos en la
actividad ordinaria del centro se nos hubiera considerado meros visitantes. En
concreto, la disposición de todo el personal del centro y especialmente de la
coordinadora del Departamento de español, haciéndonos partícipes de cada una de
las actividades, nos ha permitido conocer y valorar no solo un nuevo sistema
educativo y una forma distinta de enfocar la enseñanza sino hacernos
reflexionar sobre el nuestro propio.
En concreto, durante los cinco
días que ha durado la experiencia se nos ha hecho sentir parte del equipo
docente, ya que los dos profesores que hemos participado hemos seguido un
horario de clases como si fuéramos un miembro más del claustro. Esta organización
nos ha llevado a conocer todos los niveles educativos del centro, desde
Primaria a Secundaria, diferentes asignaturas, así aspectos que no esperábamos
que tuvieran tanta importancia, como las aulas,
la administración, el gimnasio, el comedor y todo el conjunto de las
instalaciones, pero que nos han permitido comprender el sistema como un todo
interrelacionado.
Muchos son los debates que se nos
han abierto a raíz de esta experiencia. Entre ellos algunos importantes, como
la pertinencia de la separación de los centros por géneros o la excesiva
orientación que presentan los currículos hacía la realización de exámenes de
valoración externa, pasando por otros menos transcendentes, como el uso del
uniforme, la selección de alumnado o el ambiente interracial.
En ocasiones es solo después de la realización de la experiencia cuando se llega a comprender la verdadera dimensión de lo aprendido, ya que muchos de los aprendizajes obtenidos proceden de aspectos todavía no contemplados en nuestro sistema educativo. Además, aspectos como la interculturalidad y sus vías de integración, la diversidad de oferta educativa, las evaluaciones externas o la opcionalidad de asignaturas desde niveles iniciales, todos ellos a debate e incipientes en el sistema educativo español, nos han permitido valorar los pros y los contras de nuestro posible futuro contexto educativo.
No podemos dejar de lado una de
las sensaciones más reconfortantes extraídas de la experiencia: la idea de que
tenemos mucho que mejorar pero con el optimismo de que los nuevos caminos
abiertos para la mejora de la enseñanza de idiomas, y otras asignaturas, en
nuestro centro siguen una senda segura e innovadora, que en muchos casos no
tiene que envidiar lo que hemos podido ver en la metodologías observadas. Esto
no es ápice para seguir buscando nuevas metodologías de idiomas, bien sea a
través de formación o bien a través de nuevas experiencias en otros sistemas o
contextos educativos.
En definitiva, consideramos que
la actividad de job shadowing ha sido
valorada como muy positiva por el conocimiento adquirido y por servir como
incentivo en la mejora e investigación de las metodologías de las enseñanzas en
general y los idiomas en particular.